Este es el proyecto de una familia que todavía cree en los valores clásicos y en el hecho, de que vale la pena luchar por los sueños
Así que, cuando un día en forma de sueño, desde nuestras playas Mediterráneas nos llegó un rumor, una brisa marina en forma de sabor, unos pasos caminando por la orilla y sobre todo muchísima alegría… la de compartir momentos únicos con nuestra gente, no dudamos en agitar todos esos componentes de nuestro sueño fuertemente y añadirle hielo… mucho hielo y entonces, justo en ese momento fue cuando ocurrió: cuando nació RITA… porque si hay una bebida capaz de calmar los momentos más calurosos de nuestros veranos sin duda es nuestra Sangría RITA.
refrescantes
Tal y cómo mandan los cánones de bellEZa, nuestra RITA se tiñe de colores, la TintA, la Blanca, conocida como Clarea…y ahora también la brut, nuestra más reciente y chispeante creación.
La Tinta y la Clarea dejan un suave sabor de canela que se aprecia al final, como una delicada despedida. En boca, son amables, como debería ser siempre, y refrescantes, cómo no… Si no quieres refrescarte, quizá prefieras un café. Pero si quieres brindar, disfrutar y compartir, nuestras sangrías están hechas para eso.
Y luego está la Brut, que llega con burbujas y un aire festivo, elaborada con vino blanco joven y ese punto chispeante que la convierte en la niña mimada de la casa. Refrescante, afrutada, con un toque cítrico y floral, la Brut es la chispa de cualquier celebración.
Las tres acompañan diferentes tipos de gastronomía, como una señorita elegante que sabe estar donde tiene que estar: en celebraciones, encuentros y momentos con sabor.
Ah… se sirven muy frías (entre 5 y 8 grados), con hielo. Una rica rodaja de naranja para la RITA Tinta; una de naranja y limón —o sólo limón— para RITA Clarea; y para la RITA Brut, pomelo y lima. Siempre en copa. Nada de vasos ni jarras bastas y grotescas. Porque cuando algo es bello y está bien hecho… se sirve como merece.